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Bienvenidos a la absurdocracia


La absurdocracia se podría definir como un nuevo sistema de organización del Estado  en el cual la sensatez, el raciocinio y el principio de precaución en sus políticas, han quedado en segundo plano eclipsados por la declaración de Pandemia de 2020 por parte de la OMS,  que es utilizada como excusa para restringir/eliminar derechos de los ciudadanos a la vez que permite elaborar nuevas leyes con las que se pretende perpetuar esta situación de contínua Pandemia. 


La absurdocracia comienza al recibir los países unos protocolos redactados por la OMS y aplicarlos como si fuesen una salvación dogmática traída por los dioses, dejando de aplicar el saber científico propio,  la ética, la deontología, el pensamiento crítico y la comprobación de forma efectiva y clínica de esos protocolos adquiridos como propios. De repente casi todos los sanitarios dejan de tener una labor lógica de control y cuidado de sus pacientes para convertirse prácticamente en meras máquinas que siguen los protocolos independientemente de su lógica y resultado, o de las evidencias que puedan interpretarse de su aplicación.  


Tampoco se plantea en absurdocracia que se deban hacer autopsias a los cadáveres de forma que se pueda aprender cómo actúa el propio virus con el fin de seguir estudiándolo y poder actuar de forma más efectiva y eficaz contra los daños que pueda ocasionar. 



La absurdocracia carece de memoria y no recuerda que fue la propia OMS en el año 2009, la que cambió los criterios para declarar una Pandemia , justo antes de la gripe A. Debido a estos cambios,  no se requiere una gran mortalidad sino una gran contagiosidad para declarar una Pandemia.  Esto lo explica perfectamente D. Iñaki Gabilondo en este video de las noticias de Cuatro de fecha 07 de enero de 2010.



Tampoco se recuerda en absurdocracia como acabó la gripe A, con personas damnificadas por el tratamiento estrella del momento y grandes reclamaciones judiciales e investigaciones por lo sucedido. Parece que poco se llegó a investigar.

 

Es también algo común en absurdocracia la compra de voluntades mediante recompensas económicas o “ayudas” a ciertos sectores que se consideran críticos, como el sector de medios de información. La percepción en absurdocracia de que al recibir "ayudas", estos medios están renunciando a su independencia informativa y por tanto negando el Derecho a una información veraz, no es relevante.


Algo similar pasa con los hospitales y ciertos sanitarios, recompensas por PCRs realizadas, por ingresos de pacientes covid en planta, por ingresos en UCI... La lógica diría que si pones recompensas económicas estás fomentando que se produzca un mayor número de pacientes Covid, lo sean realmente o no.


La absurdocracia no entiende que calificar de “ lo mejor que tenemos” a un producto sanitario, no significa que ese producto cumpla las necesidades para las que se está usando. Se ignora la gran variabilidad de resultados que da una PCR y que éstas, no sólo van a dar más positivos cuantas más se realicen, sino que también es manipulable el resultado según el número de ciclos al que se hagan. Esto se refleja en el siguiente comunicado de la OMS de fecha 20 de enero de 2021 en el que solicita para la práctica de una PCR a los usuarios, que deben leer atentamente el manual de uso a fin de determinar si es necesario ajustar manualmente el umbral de positividad de las PCR, es decir los ciclos (Ct) de la PCR.


Esta nota como decimos del 20 de enero de 2021, significa que desde que se estableció el protocolo de test PCR en mayo de 2020, no se habría estado aplicando del todo correctamente, y probablemente haya ayudado a esto, las jugosas recompensas a los hospitales y ciertos sanitarios comentadas anteriormente. Por tanto, se han estado haciendo durante 7-8 meses pruebas test PCR con un dudoso número de ciclos, y por tanto con una dudosa objetividad como dato en sí.


Es curioso que se haya hecho este cambio, una vez ya había comenzado la vacunación, antes de la misma, esta forma de hacer PCRs iba a favor de crear muchos casos y muertos covid para crear miedo en la población. Después de la vacunación parece que no interesa que los vacunados den PCR+ por el cual se emite, presumiblemente, la citada nota por parte de la OMS.


Por tanto, la validez de estos datos es ciertamente subjetiva. Y prácticamente todo o casi todo está basado o afectado por esta prueba (los casos, los brotes, la incidencia, los muertos covid, gráficos, estadísticas, etc.).


En absurdocracia, mediante este método de prueba “manipulable”, se está cimentando una “nueva normalidad” sin importar prácticamente nada realmente, sin de verdad saber si el virus tiene origen natural, o si pudo salir por error o de forma intencionada de un laboratorio.  Sin esperar a que la OMS vuelva a China a acabar su investigación, casi 2 años después del suceso de Wuhan (…),  tal y como se refleja de la siguiente noticia de la CNN de fecha 22/07/2021. 


En absurdocracia, cimentar una solución sin tener en definitiva todos los datos para valorar la situación en su conjunto es “lo que se debe hacer”. No cabe la posibilidad de que pueda ser una excusa o un error intencionado para precisamente aprovechar este periodo de confusión y aplicar medidas reductoras de derechos y libertades, por lo civil o por lo criminal, funcionen o no, haya bajas colaterales o no. 


No se percibe con claridad, en absurdocracia, que para un político una nueva pandemia peligrosa es una oportunidad para hacer y deshacer a su antojo, ya que haga lo que haga, tiene una buena excusa independientemente de lo que pase. Ejemplo: Debido a una pandemia muy peligrosa, puede poner unas medias restrictivas de derechos casi al límite. Si muere poca gente, será por la bendición de sus medidas. Si muere mucha gente, dirá que no tenía que haber dudado y haber puesto esas medidas límite que no puso. Es un gana-gana para el político, pase lo que pase.

La absurdocracia obvia los posibles conflictos de intereses que existan o puedan existir en pro de el fin ambicionado. Sin duda en absurdocracia, el fin sí justifica los medios.


Se concibe como normal que los productores de vacunas financien la OMS, y que la OMS recomiende sus vacunas, e incluso inste a los gobiernos a coaccionar a sus ciudadanos para que se inoculen con todo tipo de amenazas.


La absurdocracia ve normal que un dirigente trabaje en un lobby farmacéutico para luego convertirse en Presidente de la agencia reguladora, o viceversa.


Evidentemente, la absurdocracia no admite debate científico libre e inteligente, el dogma protocolario se vendría abajo por lo que hay que censurar y ridiculizar a las voces que no comulgan con la versión oficial.


Tampoco se permite en absurdocracia cuestionar como puede haber desaparecido la Gripe, que llevaba con nosotros desde los tiempos de Hipócrates, justo cuando llegó la Covid-19.


En absurdocracia se califica de negacionista o antivacunas a gente que tiene puestas todas las vacunas aprobadas y que realmente es un provacunas seguras.


En absudocracia se califica de provacunas a los partidarios de inocularse vacunas experimentales no aprobadas, sólo autorizadas para uso de emergencia.


En absurdocracia se autorizan vacunas para uso de emergencia, pero no permiten esperar a que llegue esa emergencia para usarlas. Hay que ponérselas preventivamente de forma generalizada aunque la probabilidad de padecer la enfermedad de forma grave sea ínfima, aunque sean experimentales y su seguridad a medio-largo plazo sea totalmente desconocida.


También se permite en absurdocracia que las farmacéuticas puedan elaborar inoculaciones y probarlas en la población sin temor sufrir ninguna reclamación jurídica por los efectos adversos que puedan ocasionar a los inoculados.

 

En absurdocracia se ve con normalidad que el propio grupo placebo usado para probar las vacunas experimentales, haya sido posteriormente inoculado igualmente, de modo que no se pueda hacer un seguimiento en el medio y largo plazo de la prueba por la que fue autorizado el uso de emergencia.

 

En absurdocracia se pasa de alarmar por cada fallecido mayor en 2020, a normalizar la muerte en 2021 como algo “natural” en personas mayores.


En absurdocracia nadie se responsabiliza de nada, y es lo normal. La emergencia hace que los nuevos protocolos no necesiten responsables ni firmas, ya que al fin y al cabo, la gente hace lo que le mandan.


En absurdocracia simplemente, se cree en las “vacunas” por el hecho de llamarse “vacunas”, sin comprobar su necesidad, su seguridad ni su eficacia. Del hecho de que el fabricante no se haga responsable de los posibles efectos adversos de la inoculación, y el secretismo sobre sus componentes no lleva a ninguna conclusión posible a la mayoría de la población.



No se percibe en absurdocracia que el aumento de mortalidad en el año 2020 haya sido debido en parte a la desatención a los pacientes, acostumbrados a una atención médica cercana, tanto en los momentos de pánico inicial como posteriormente con el servicio de consultas telefónicas.


Si supuestamente salvamos algunos de covid pero mediante esta “nueva normalidad” se mueren muchos más de otras causas, realmente ¿ todo esto tiene sentido? En una absurdocracia, sí.


Esta noticia de eleconomista.es de fecha  17 dej ulio de 2020 refleja lo que tratamos de transmitir.


Y esto parece que se podría aplicar a otros países, como refleja la siguiente noticia de la BBC.com de fecha 23 de febrero de 2021.


Independientemente de los fallecimientos o reacciones adversas, en absurdocracia existe una total complacencia con las “vacunas” aunque no hayan frenado las muertes de forma comprobable. De hecho los porcentajes de protección de entre el 67 y el 95 % con los que se promocionó su uso resultó ser un porcentaje de Reducción de Riesgo Relativo (RRR) que hace referencia a la capacidad del producto de reducir/disminuir los síntomas moderados o leves de la enfermedad. Sin embargo no se informó de otros parámetros útiles para entender la eficacia y protección real del producto, como la Reducción de Riesgo Absoluto (ARR) que hace referencia a la capacidad del producto para evitar el contagio de la enfermedad con resultados entre 0,84 y 1,3 %. Tampoco se informó del NNV: número de personas que es necesesaria vacunar para prevenir un solo caso moderado o leve de Covid; para este parámetro los datos van entre 78 y 119 personas. Estos datos resultan interesantes para entender sin sesgos la eficacia y protección real de una vacuna.


En el siguiente artículo en inglés de The Lancent de fecha 20 de abril de 2021 y su traducción automatica a español, se describen estos parámetros para cada vacuna.


La absurdocracia pone el foco sólo en el Covid, cuando es una pequeña parte de los problemas de cada país. Parece que nada más importa, ni los suicidios, ni el cáncer, ni la falta de atención sanitaria presencial y adecuada, ni la desconfianza que genera actualmente el sistema sanitario y por la cual mucha gente está dejando de ir a él, salvo urgencia de máxima gravedad. 



Qué decir de la economía a pie de calle en absurdocracia, la silenciosa guerra abierta contra PYMES y profesionales continúa con la excusa del Covid. Si no se cierran los comercios por “brotes”, se reducen aforos o se insta a solicitar medidas de segregación por motivos sanitarios. Lo que sea con tal de no dejarles recuperar las pérdidas que sostienen desde el inicio de la Pandemia; esto los que no han quebrado todavía, porque ya hay muchos cadáveres empresariales en el camino.


Se ve con casi total naturalidad en absurdocracia que se empiece el año llorando la muerte de decenas de miles de personas mayores y se termine con la aprobación de una Ley de Eutanasia express.


Del mismo modo en el momento en el que PYMEs y profesionales lo están pasando peor, se plantea subir el salario mínimo a los trabajadores. En estos momentos, estas políticas pueden provocar más paro y más cierre de empresas y profesionales, pero esto en absurdocracia no se percibe como posible.

 

En absurdocracia no se recuerdan conceptos que eran casi sagrados en democracia prepandémica como la “Seguridad Jurídica”: esas normas claras y marcos jurídicos seguros para empresas, profesionales y consumidores. En absurdocracia se normaliza que según el criterio del momento, puedas dejar de ser una empresa/profesional normal para pasar a ser un servicio “esencial” o “no esencial”. El derecho al trabajo es algo secundario en absurdocracia.


En absurdocracia no se es consciente del precedente que supone de cara al desarrollo de emprendimientos empresariales de la mano de PYMEs y autónomos en el medio y largo plazo, así como de cara a la confianza del consumidor, que se haya negado el derecho al trabajo, entre otros, en una situación puntual pero continuada en el tiempo, y que en vez de aprender a llevarlo mejor por si vuelve a ocurrir sin tener que restringir el derecho al trabajo, o cualquier otro, se esté legislando para poder hacerlo sin tanto trámite. Absurdocracia en estado puro…


En absurdocracia todo está supeditado al estado y el bien común, es como si el estado de golpe se hubiese vuelto totalitario y quisiese sólo dejar crecer a PYMEs y autónomos a su sombra, no en completa libertad de mercado y competencia, no en completa libertad jurídica y empresarial. Repercutiendo esto también en los consumidores que verán reducida progresivamente los ofertantes de productos y servicios que tengan disponibles.


Propio de una Absurdocracia es que cuando hay que posicionarse para investigar las muertes en residencias del año 2020 durante la Pandemia, los políticos hagan mutis por el foro, tal y como se refleja en las siguientes noticias:


En esta noticia del periódico elmundo.es de fecha 9 de julio de 2020, rechazando el parlamento extremeño (gobernado por el PSOE) la investigación de las residencias.



En esta noticia de europapress.es de fecha 25 de septiembre de 2020, rechazando el parlamento andaluz (gobernado por el PP) la investigación de las residencias.

 
Y a fecha 16 de julio de 2021, esta
noticia del periódico publico.es nos refleja que seguimos igual, tristemente a nadie parece interesar la investigación de las muertes de nuestros mayores en las residencias.


La absurdocracia hace posible que se pueda dar el “doble pensar” de la novela de 1984. Están nuestros políticos muy preocupados por las muertes en la residencias, a la vez que rehúsan querer investigarlas una y otra vez. La fiscalía de oficio, algo se escucha que hace, pero sin prisa, no debe tener prioridad y no nos engañemos, carece de credibilidad. El Defensor del Pueblo…algo seguro que está haciendo pero no esto, que se sepa.


Algún otro mecanismo debería haber para instar a investigar lo que es evidente que hay que investigar, independientemente de la política, ya que son parte implicada. Investigar lo ocurrido en todas las residencias es fundamental para que podamos recibir una explicación los ciudadanos. Tenemos derecho a saber con todos los detalles qué ha ocurrido en este periodo oscuro de la historia, que además quiere perpetuarse. Y concretamente en las residencias, ya que algo tiene el Covid que campa a sus anchas por ellas con una probabilidad de fallecimiento terriblemente mayor a la de sus semejantes que viven en sus casas y que también tienen patologías previas.

 

La absurdocracia percibe con sorprendente normalidad que se esté utilizando la muerte de nuestros mayores para cambiar todo aquello por lo que ellos mismos lucharon y se sacrificaron. Para rendirles un mínimo de respeto realmente habría que investigar, aprender de lo que ha fallado y depurar responsabilidades a todos los niveles con el fin de retomar la antigua normalidad tal y como les fue arrebatada. Evidentemente no sería igual, porque lo que ha pasado no se olvidará, pero tal vez de este modo se acortase algo este proceso de recuperación de la confianza y así evitar el colapso al que parece, nos pretenden llevar.


En una absurdocracia, es como si el propio estado fuese el que enferma, padeciese una depresión o enajenación mental y no se creyese sus propios derechos constitucionales, ni la jerarquía de sus normativas y leyes. Lo peor es que en vez de tragarse su depresión y tirar para adelante, vierte su frustración sobre las personas en forma de miedo continuo y maltrato emocional. Se considera en absurdocracia que la forma de hacer política es seguir creando miedo para poder seguir haciendo y deshaciendo…aprovechando mientras dure! Esta parece la consigna política, y lamentablemente la sanitaria también.
 

Pues durará la absurdocracia lo que tenga que durar, pero tarde o temprano la sensatez, el raciocinio y el principio de precaución se impondrá y muchos tendrán que dar cuentas de todo lo sucedido en esta Pandemia. Por sus actos y declaraciones, incluso por sus inacciones, si les correspondía hacerlas .


Les dejamos, para finalizar, un video de una entrevista del año 2013 en la que D. Ildefonso Hernández, exdirector general de salud pública durante el gobierno de Zapatero, hablaba sobre las relaciones con las farmacéuticas y en el caso concreto que se dio durante la Gripe A.  No tiene desperdicio.



Supongo que D. Ildefonso Hernández, a raíz de los hechos que hemos vivido en este último año y medio, tendrá claro que a ellos NO les metieron un gol las farmacéuticas. Nuestro agradecimiento a este buen señor, por la franqueza de sus palabras. Hoy en día se entienden mucho mejor.


Lo que es indudable que vamos viendo que trae consigo esta Pandemia interminable y esta “nueva normalidad” que la acompaña, es un ENORME conflicto de intereses creados y por crear; y los elegidos para su pago, no sólo económico y sin consulta previa, somos nosotros los ciudadanos. Bienvenidos a la absurdocracia…



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Por CTA Street Wear 04 sept, 2021
The absurdocracy could be defined as a new system of organization of the State in which good sense, reasoning and the precautionary principle in its policies, have been in the background overshadowed by a declaration of the Pandemic in 2020 by the WHO, which is used as an excuse to restrict / eliminate the rights of citizens at the same time that it allows the elaboration of new laws with which it is intended to perpetuate this situation of continuous Pandemic.
Por CTA Street Wear 12 ago, 2021
We have set out to test the Ubuntu operating system, based on Linux, a little fed up with the continuous mandatory updates at the worst times and attracted by the security offered by an s.o. that hardly has a virus because it is less widespread among the average user.
Por CTA Street Wear 11 ago, 2021
Nos hemos propuesto probar el sistema operativo Ubuntu, en base Linux, un poco hartos de las continuas actualizaciones obligatorias en los peores momentos y atraídos por la seguridad que ofrece un s.o. que apenas tiene virus por ser menos generalizado entre el usuario medio.
Por CTA Street Wear 16 mar, 2021
Countries analyzed: Spain, Germany, Italy, United Kingdom, France, Sweden, Norway, Finland, Lithuania, Portugal, USA, Mexico, Russia, Canada, Japan, Chile, Australia.
Por CTA Street Wear 16 mar, 2021
Países analizados: España, Alemania, Italia, Reino Unido, Francia, Suecia, Noruega, Finlandia, Lituania, Portugal, EE.UU., México, Rusia, Canadá, Japón, Chile, Australia.
Por CTA Street Wear 06 mar, 2021
Countries analyzed: Spain, Germany, Italy, United Kingdom, France, Sweden, Norway, Finland, Lithuania, Portugal, USA, Mexico, Russia, Canada, Japan, Chile, Australia.
Por CTA Street Wear 05 mar, 2021
Países analizados: España, Alemania, Italia, Reino Unido, Francia, Suecia, Noruega, Finlandia, Lituania, Portugal, EE.UU., México, Rusia, Canadá, Japón, Chile, Australia.
Por CTA Street Wear 20 feb, 2021
On 02-20-2021 We are all with Galicia - Manifestation in Santiago de Compostela. Time to regain the spirit of cooperation and solidarity from the Prestige environmental catastrophe of 2002? Let's remember and compare.
Por CTA Street Wear 20 feb, 2021
El 20-02-2021 Todos estamos con Galicia - Manifestación en Santiago de Compostela. ¿Hora de recuperar el espíritu de cooperación y solidaridad de la catástrofe medioambiental del Prestige de 2002? Recordemos y comparemos.
Por CTA Street Wear 17 feb, 2021
In the First Part of this Post we talked about the Political Discrediting in Spain after the unfortunate year 2020 and the beginning of 2021. Today we will continue talking about the Discrediting in other Organizations or Corporations.
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